Terminar tu rostro significa una cosa: Pestañas. Incluso para las mujeres que no usan mucho maquillaje, el rímel suele ser uno de los que no pueden prescindir.
De ello se deduce, entonces, que las herramientas del rímel son esenciales.
Algunas mujeres optan por varitas especiales, ya sea desechables para que siempre usen una herramienta limpia en sus ojos, o elegantes que se especializan en volumen o longitud. Sin embargo, para la mayoría de nosotros, la varita que viene con el rímel está bien.
Lo que el resto de nosotros necesitamos es un rizador de pestañas y un peine de pestañas.
El rizador da miedo, pero siempre y cuando lo uses antes de aplicar el rímel, no te hará daño. (Si aplicas el rímel primero, el rizador podría terminar tirando de las pestañas). Simplemente sujétalo en tus pestañas, ciérralo y mantenlo presionado durante unos segundos. Luego aplica la máscara de pestañas.
La peineta es el toque final, y es grande. Los grumos de rímel son vergonzosos. Los peines para pestañas son diminutos y, a menudo, vienen junto con un cepillo para cejas. Simplemente tira suavemente a través de tus pestañas para separar y eliminar los grumos. Es la floritura que termina el look.
Para cuando termines tu rostro por primera vez con herramientas de calidad, lo más probable es que te conviertas: las buenas herramientas son una buena inversión. Saber qué necesitas y qué herramienta funciona mejor cambiará tu forma de ver el maquillaje.
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