Tratar de lidiar con un niño que tiene problemas de apego puede ser aterrador y estresante. La buena noticia es que nunca es demasiado tarde para trabajar con su hijo para ayudarlo a asimilarse un poco mejor a su entorno.
El problema principal para los niños con problemas de apego es la seguridad. No se sienten seguros en el mundo, lo que los hace desconfiados y distantes con los demás. Mantienen la guardia en lo que perciben como un mecanismo de defensa necesario, pero también les impide aceptar el amor y el apoyo. Para mejorar su sensación de seguridad, es importante establecer límites y rutinas. De esta manera, entienden lo que se espera de ellos, qué comportamientos y acciones son aceptables y cuáles serán las consecuencias si no siguen las reglas. En última instancia, esto les ayuda a comprender que tienen más control sobre sus vidas de lo que se pensaba anteriormente. Y, la rutina proporciona comodidad a la que no están acostumbrados.
El conflicto puede ser especialmente estresante para los niños con problemas de apego. Después de un evento en el que tuvo que disciplinar a su hijo, asegúrese de estar disponible para compensarlo tan pronto como él o ella esté listo. Su hijo necesita saber que lo ama pase lo que pase, por lo que estar disponible para volver a conectarse después de un conflicto es muy importante en su viaje. Esto también significa asumir la responsabilidad de sus propios errores. A veces, su frustración puede sacar lo mejor de usted y, sin darse cuenta, puede decir o hacer algo insensible. Es importante reconocerlo de inmediato y hacer las paces. Esto ayudará a su hijo a comprender que usted tampoco es perfecto, pero a pesar de todo, lo ama.
Y para todo esto, se requiere una buena dosis de paciencia. Es posible que el proceso no ocurra tan rápido como le gustaría, y esto puede ser frustrante y desmoralizador. Es importante tener expectativas realistas, lo que puede requerir alterar su imagen de lo normal. La mejor manera de hacer esto es tomar un día a la vez. Haga un punto para reconocer y celebrar las pequeñas mejoras en el camino en lugar de centrarse en el panorama general. Los niños pueden darse cuenta de sus sentimientos y, si creen que está desanimado, es probable que ellos también se desanimen. Entonces, cuídate y maneja tu estrés, para que puedas ser lo mejor que puedas con ellos.